Las autoridades ecuatorianas lograron recuperar el lunes el control de una cárcel en el sur del país donde un sangriento enfrentamiento entre bandas rivales dejó 20 muertos y cinco heridos.
El comandante de la policía, general Carlos Cabrera, dijo en rueda de prensa que “este momento podemos decir que la fuerza pública ha tomado el control total… estamos haciendo una requisa pabellón por pabellón y determinar elementos que no deben estar en poder de los privados de la libertad”.
Añadió que los cuerpos de las víctimas están en proceso de identificación para ser entregados a sus familiares, que cuentan con ayuda psicológica y recibirán apoyo del Estado para el traslado de los cuerpos a sus lugares de origen.
El ministro del Interior, Patricio Carrillo, precisó que entre los desaparecidos se han detectado cinco cuerpos mutilados, seis ahorcados y uno envenenado en la cárcel de Turi, 310 kilómetros al sur de la capital, donde la madrugada del domingo se obtuvo una balacera y reyertas con intentos de fuga.
Carrillo dijo que atrás de las matanzas en las penitenciarías estatales “hay economía criminal, que es la que da poder a muchas personas. Muchos con el poder económico criminal lograron espacios políticos y entonces ahí se van agravando las cosas” y agregó que es necesario analizar las nuevas fortunas en este país, sin dar otros detalles.
En videos filmados alrededor de ese centro carcelario la madrugada del domingo y difundidos por medios de comunicacion se escuchan reiteradas detonaciones presumiblemente de armas y constantes gritos.
En marzo Amnistía Internacional, en su informe anual, aseguró que al menos 316 presos fallecidos como producto de enfrentamientos en las cárceles ecuatorianas durante 2020, el más grave ocurrido en septiembre con un saldo de 119 fallecidos. Las masacres fueron producto de enfrentamientos entre bandas de narcotráfico rivales posiblemente vinculados con carteles mexicanos, de acuerdo con el gobierno.
Tomado de AP