Faltan unos meses para la elección del nuevo inquilino de la Corte Suprema de Justicia y muchos abogados se han sumado y otros no lo han hecho porque no confían en la forma de elegirlos.
Lo cierto que este proceso por más que se diga que es el ‘ideal’, lo triste es que muchos no creemos en ellos porque hay una ‘sombra negra’ que aparece cada vez que se convoca para estos cargos.
La justicia tiene muchos retos, pero poco son los avances en este sentido. Lo que si hay que reconocer es que hay leyes, pero en este punto debemos recordar que el papel aguanta todo lo que le escriban, porque a pesar de que existen, no hay una garantía que se aplique de manera equitativa.
Por citar un ejemplo… el próximo magistrado a elegir es de la sala Penal, el que está por salir se caracterizó por acumular millas y dormir en las conferencias internacionales, se la pasaba declarándose impedido o justificando con excusa el por qué no participaba para tomar una decisión en ‘X’ o ‘Y’ caso.
Se requiere que las reglas de elección sean justas, imparcial y sobre todo alejadas de la política para que los abogados capacitados y con una visión equilibrada aspiren a ocupar un cargo en la Corte. Y de este modo, garantizar a las presentes y futuras generaciones que al final del camino siempre hay una luz de esperanza que nos permitirá tener mejores días y certeza del castigo.