“Al presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, le debe encantar el trópico”, comentaba irónicamente un diplomático cubano hace unos años. Era cuando el entonces líder ultraortodoxo iraní venía mucho a América latina para encontrarse con sus amigos del “eje bolivariano”. Decía que quería “contrarrestar el lazo con Estados Unidos”. Entre 2005 y 2013, Ahmadinejad viajó nueve veces al continenteSigue leyendo «La trama de espionaje iraní en Cuba y Venezuela en la que aparece envuelto el copiloto del avión retenido en Argentina»